En el sistema de relojería de la cabeza de un hombre,
dan vueltas en sentido contrario dos ruedas dentadas.

En una de ellas, están las visiones

y en la otra, las reacciones del cuerpo.

El diente en el que está la visión de una mujer desnuda,

toca con el diente opuesto,

en el que está inscrito el imperativo de la erección.

Si por algún descuido las ruedas se desplazan

y la rueda de la excitación se pone en contacto

con el diente en el que está pintada una golondrina volando,

nuestro sexo se empinaría al ver la golondrina.

En el hombre, se produce la erección con cualquier sueño.

Ésto quiere decir que la relación entre la erección y una mujer desnuda,

es solo 1 de los 10.000 modos

en que el "Creador" pudo haber ajustado

el mecanismo de la relojería de la cabeza del hombre.