16 abril 2009

Ni miedo a la vida ni a la parca...




"En cuanto sienta que se aproxima mi fin,
me refugiaré como una bestia en la maleza más tupida,
donde nadie pueda seguirme.
Ahí esperaré la sabiduría infinita
con gran devoción y reverencia
y volveré, en paz y con tranquilidad,
a la gran unidad de la que surgí al nacer.
Daré las gracias a los dioses
si tienen bien saciar con mi cadáver
el hambre de zopilotes famélicos
y perros abandonados,
para que no dejen ni un huesito blanco".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ay!, si un día para mi mal viene a buscarme la parca
empujad al mar mi barca con un levante otoñal
y dejad que el temporal desguace sus alas blancas
y a mi enterradme sin duelo entre la playa y el cielo.