
¿Quien no se comió un trocito de plastidecor?
¿Quien no llevó un chicle pegado en la nariz
para recordar al resto de niños
que estaba prohibido comer en clase?
Vaaaleee, yo hice todo eso y mucho más...
Suerte tuve que no ví antes la escena del sacapuntas,
pues ahora llevaría un ojito cristalino,
que tendría que dejar en la mesita de noche,
a la hora de dormir.
Y eso no "es bien".
5 comentarios:
UUUUUHHHHH¡¡¡¡ AAAAHH¡¡¡¡
Me abuuuuuuurro¡¡¡¡¡
¿te aburres? métete un lápiz en la cavidad ocular y verás qué diversión!
Ole oleee!!
Por dios pido, que pase ya el calor, que nos está enviolentizando a todos.
SEREMOSEMONOS!!!
Di que si que este mensaje es de una insensata que con pocos años se metió un papelito en la nariz. Y como aquello no bajaba la tuvieron que llevar a la Casa de Socorro tan famosa, para que lo quitaran con utensilios... Vamos que ya se le fueron las ganas de hacer más chorradas similares. En fin que me lo paso muy bien leyendo tu blog y encima me siento identificada. Toma castaña!!!!!
Ostraaas, Carmen!!
¿Tú también hacías esas cositas?
La mare que va!
Si hemos sobrevivido a todo eso, cualquier experiencia en esta vida, nos parece una nimiedad, verdad?
Besitos!
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